Primero crei que la irritacion pudo haber sido producto de las escasas horas de sueño, pero no fueron tan escasas, ni tampoco recuerdo haber soñado. Aunque mientras me desconcentraba de la pizarra y analizaba el origen de mi irritacion, senti como una caricia fugaz de aquellos episodios oniricos de anoche. Sin poder registrarlos claramente. Bueno, luego la caricia paso y se fue junto con la irritacion. Es asi como dos o mas rios se mezclan. Haciendo uno solo, que con amplio y escandoloso caudal, se abre paso hasta llegar al mar. Mi flamante doctrina semanal señala que la vida se desenvuelve como el mar visto desde la orilla. En un vaiven constante de acciones y pensamientos que se muestran y desaparecen dentro de la revuelta circularidad del tiempo. No como el rio, que se desplaza arrastrandolo todo hacia una sola direccion. Es asi como todos estos pensamientos y estas acciones ya los he tomado antes y seria equivocado pensar que no se repetiran en el futuro. Me complace que ocurra de esta manera, aunque no sea cuestion de que me guste o no, sino de estar atento a como se comporta la existencia. En este preciso momento el cielo se encuentra a punto de soltar su lluvia y se que no se detendra durante todo el dia. Es cierto que disfruto de aquel instante breve y sosegado que precede a la tormenta, en el que nos descubrimos como si estuviesemos sordos o adormecidos. Expectantes ante el secreto del silencio. Ya lo he dicho tantas veces... Y lo reiterare cada vez que las olas del tiempo lo dispongan.